• “¿Y cómo es un velatorio? ¿Qué hay en esa sala donde descansa el cuerpo? ¿Cómo despedirse de él de una manera íntima?”
  • Mi descubrir el velatorio corrió en dirección contraria, evitando la intimidad, evitando mirarla y ablandarme y perdonar nada. Por respeto al dolor y los problemas y aquellas ganas terribles de no volver a sufrirla que creo empezaron a formar lo fuerte y serio que hay en mí. Tal vez un día revisitemos esto y sea yo el que necesite desayunar vino en un AVE vacío abandonando Madrid.
• “Por primera vez en su vida, sería libre de decidir si quería rezar o no. Si quería ser buena o no. Si quería llorar”
• “Helena necesitaba llamar la atención de Eudald, aunque para eso tuviera que inventarse cualquier cosa”
  • ¿Hago yo esto? ¿Contar mentiras, es esto?
• El diario es la parte salvable; si te imagino y tu me imaginas, de alguna manera estamos juntos.
• “Tengo ganas de chillar pero no puedo. Escribo para no chillar pero no me está sirviendo de nada”
• “El brownie no era bueno pero la ayudaba a pasar el mal trago de estar viva”