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- 🔖 El modo más cómodo de conocer una ciudad es averiguar cómo se trabaja en ella, cómo se ama y cómo se muere.
- 💡 No tienen cabida las pandemias, con su carácter destructor, en nuestra profunda realidad construida en rutinas y detalles.
- 💡 Grave quien se fue rápido y mal, sin el tiempo para apiadarse de uno mismo que tal miseria suele conllevar.
- 💡 El egoísmo del amor nos preserva, nos deja ser en planos más claros, menos ruidosos, con más sentido.
- 💡 Es barrio, o ciudad, quien vive extendiéndose hasta la acera.
- 💡 Durante la pandemia, mis ciudades adquirieron el especial recurso de desparramarse sin excusas, de darse magnitud en descuidos.
- 💡 Suenan a hueco las ciudades, que se le encaran a uno, sobrias e indiferentes.
- 💡 En tiempos de peste, prohibido ser ciudad.
- 💡 Apuñala a los pueblos la realidad de los tiempos de pandemia, en la pesadísima ausencia de héroes y milagros.
- 💡 Hay a quien le viene bien dejar de definirse en sociedad.
- 💡 Sin poder definirse en sociedad, la mayoría adopta un aspecto existencial aún más general
- 💡 Los hombres solitarios tienen repentinamente la oportunidad de ser ejemplares, pues su soledad los convierte en justos cómplices, y es confundida con buen hacer social.
- 💡 En tiempos de peste al cristiano no le queda otra más que abandonarse a la voluntad divina, aunque sea incomprensible. Esto es, la gran virtud de ser presente en la desgracia.
- 💡 Los tiempos de peste son tiempos de rebrotes imprevistos, y de volantazos entre el optimismo y el pesimismo.
- 💡 La pena de muerte como asesinato.
- 💡 Rechazar todo lo que, de cerca o de lejos, por buenas o malas razones, vaya en contra de la vida y su mejora.
- 💡 El pasar del tiempo es, si cabe, más inexcusable en época de peste.
- 💡Para llegar a ser un santo hay que vivir.
- 💡Los silencios eternos que se ciernen sobre los lechos donde mueren los hombres.
- 💡Las luchas encarnizadas, las derrotas, los huecos eternos que nos quedan y que hacen de la paz un sufrimiento incurable.
- 🎨 La indiferencia puede ser criminal solo a veces.
- 🎨 Visiblemente a cien leguas de la peste.
- 🎨 Intimidad vertiginosa.
- 🎨 Vamos a desaparecer sin haber podido avanzar en la confesión de nuestra ternura.
Review
Gratamente sorprendido con la vida y profundidad que nuestra apestada actualidad arroja al libro. Los paralelismos entre nuestro desastre y el del Oran de Camus son continuos, lo que hace del libro un maravilloso espacio para repensar la pandemia y lo que hemos sido en ella, con más distancia y menos urgencia. Me llevo claves para entender qué es ser ciudad, o barrio, y para repensar cuándo y cómo quiero definirme en sociedad. También un entendimiento más crudo y meditado de las luchas encarnizadas, las derrotas y los huecos eternos que habrá que pagar, y que harán de la paz, cuando llegue, un sufrimiento incurable.