“Uno tiene la obligación moral de ser responsable de sus actos y también de sus palabras e incluso de sus silencios, sí, de sus silencios, porque también los silencios ascienden al cielo y los oye Dios y sólo Dios los comprende y los juzga […]”
Blindarse en un silencio es denotarse lejos, fuera, es una negación velada, implícita
“[…] partí de la estación con el alma compungida y al mismo tiempo dispuesto para cualquier trago amargo que Dios tuviera a bien infligirme”
“¿distingue algo cierto en las sombras chinas?, ¿distingue escenas claras, el remolino de la historia, una elipse enloquecida? Y Farewell: discierno un cuadro campestre”
“[…] y entonces la mano de Farewell descendió de mi cadera hacia mis nalgas y un céfiro de rufianes provenzales entró en la terraza e hizo revolotear mi sotana negra y yo pensé: El segundo ¡Ay! ha pasado. Mira que viene enseguida el tercero. […]”
“Algunos hombres me devolvieron la mirada. En los semblantes de algunos creí descubrir un dolor inmenso. Los cerdos también sufren, me dije. Acto seguido me arrepentí de ese pensamiento. Sufren los cerdos, sí, y su dolor los ennoblece y limpia. Un fanal se encendió en el interior de mi cabeza o tal vez en el interior de mi piedad: los cerdos también eran un cántico a la gloria del Señor, y si no un cántico, lo que probablemente era exagerado, sí un canturreo, una cantilena, una letrilla que celebraba todas las cosas vivas.”
“Cuando volví a mi casa me puse a leer a los griegos. Que sea lo que dios quiera, me dije. Yo voy a releer a los griegos. Empecé con Homero, como manda la tradición, y seguí con Tales de Mileto y Jenófanes de Colofón y Alcmeón de Crotona y Zenón de Elea (qué bueno era), y luego mataron a un general del ejército favorable a Allende y Chile restableció relaciones diplomáticas con Cuba y el censo nacional registró un total de 8.884.768 chilenos y por la televisión empezaron a transmitir la telenovela El derecho de nacer, y yo leí a Tirteo de Esparta y a Arquíloco de Paros y a Solón de Atenas y a Hiponacte de Efeso y a Estesícoro de Himera y a Safo de Mitilene y a Teognis de Megara y a Anacreonte de Teos y a Píndaro de Tebas (uno de mis favoritos), y el gobierno nacionalizó el cobre y luego el salitre y el hierro y Pablo Neruda recibió el Premio Nobel y Díaz Casanueva el Premio Nacional de Literatura y Fidel Castro visitó el país y muchos creyeron que se iba a quedar a vivir acá para siempre y mataron al exminisitro de la Democracia Cristiana Pérez Zujovic y Lafourcade publicó Palomita blanca y yo le hice una buena crítica […]”
Bolaño concentrate. Pages 73 and 74.
“Las figuras hieráticas que poblaban la patria se dirigían, inconmovibles, hacia un horizonte gris y desconocido en el que apenas se vislumbraban unos rayos lejanos, unos relámpagos, unas humaredas.”